¿Qué es “el sexo heterogamético”?: la teoría que explicaría por qué los hombres viven menos que las mujeres


De acuerdo con Our World in Data (OWID) -un proyecto de investigación que recopila, visualiza y publica datos sobre problemas globales- la esperanza de vida promedio mundial es de 73.8 años para las mujeres y 68.4 años para los hombres.

Aunque las cifras varían a lo largo de los años, este patrón se mantiene constante en casi todos los países y períodos históricos. Un grupo de investigadores de Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, aseguró haber encontrado la razón detrás de por qué los hombres viven menos que las mujeres.

Los hombres son conocidos como el “sexo heterogamético” porque sus cromosomas sexuales no coinciden. Tienen un cromosoma X y un cromosoma Y (XY). Esto los coloca en una desventaja en comparación con las mujeres, que son el sexo homogamético, poseedoras de dos cromosomas X coincidentes (XX).

Debido a su composición XY, los varones son más propensos a mutaciones genéticas dañinas y enfermedades, lo que finalmente resulta en una muerte promedio más temprana. Los investigadores sugieren que la posesión de dos cromosomas X protege a las hembras de mutaciones nocivas, lo que les ofrece una ventaja de supervivencia.

La doctora Johanna Stärk, autora del estudio Sexual selection drives sex difference in adult life expectancy across mammals and birds“, explicó al medio Daily Mail que, básicamente, “si tienes dos copias de los mismos genes, es mejor que una”.

A diferencia de las mujeres, los hombres carecen de un segundo cromosoma X para compensar un único “alelo” dañino, una versión de una secuencia genética. También es posible que el cromosoma Y contenga largas piezas de ADN repetitivo que podrían ser perjudiciales.

Creemos que el sexo heterogamético es parcialmente la respuesta“, afirmó el doctor Fernando Colchero. Sin embargo, señaló que también contribuyen factores estrechamente ligados a nuestra historia evolutiva. Esta disparidad de longevidad se observa de manera consistente en el reino animal.

El 72 por ciento de las especies de mamíferos estudiadas, como babuinos, gorilas, bonobos, focas, ovejas, leones, orcas y ballenas, mostraron una ventaja en la esperanza de vida femenina.

En cambio, en muchas aves, así como en insectos y reptiles, el patrón se invierte. Los machos suelen ser el sexo más longevo. En el 68 por ciento de las especies de aves estudiadas, se encontró una ventaja masculina, lo que concuerda con la hipótesis del sexo heterogamético.

Al estudiar registros de especies en zoológicos a nivel mundial -un entorno protegido donde las presiones ambientales como la depredación o el clima severo están ausentes en gran medida-, los investigadores encontraron que las diferencias en la esperanza de vida persistían. Esto subraya que las diferencias sexuales están profundamente arraigadas tanto en la genética como en los procesos evolutivos.

Además de la genética cromosómica, el equipo de investigación encontró otros factores que contribuyen a acortar la vida de los machos en mamíferos.

El estudio encontró una fuerte correlación entre la selección sexual precopulatoria -como el sistema de apareamiento y el dimorfismo de tamaño sexual- y las diferencias en la esperanza de vida. En el reino animal, los machos evolucionaron para desarrollar características llamativas que atraen a las hembras, como gran tamaño corporal, cornamentas o plumajes coloridos.

Aunque estos rasgos pueden aumentar el éxito reproductivo, la teoría sostiene que vienen con el costo de acortar la vida útil. El doctor Colchero explicó que estos rasgos son muy costosos de producir y mantener, y están vinculados a una mayor tendencia de los machos a luchar para monopolizar a las hembras.

Otro factor es el cuidado parental. El sexo que invierte más en la crianza de la descendencia tiende a vivir más. Se teoriza que las hembras de mamíferos, que generalmente son las cuidadoras primarias, evolucionaron para sobrevivir hasta que su descendencia sea sexualmente madura o independiente.

En conjunto, aunque el sexo heterogamético sienta las bases genéticas para una vida más corta en los machos, la magnitud de esta diferencia es amplificada por los costos de la selección sexual y la inversión en la reproducción a lo largo de la historia evolutiva.

Fuente: www.clarin.com

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